François Marie Arouet, más conocido como Voltaire (París, 21 de noviembre de 1694ibídem, 30 de mayo de 1778) fue un escritor y filósofo francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa.

Obra

Voltaire alcanzó la celebridad gracias a sus escritos literarios y sobre todo filosóficos. Voltaire no ve oposición entre una sociedad alienante y un individuo oprimido, idea defendida por Juan Jacobo Rousseau, sino que cree en un sentimiento universal e innato de la justicia, que tiene que reflejarse en las leyes de todas las sociedades. La vida en común exige una convención, un «pacto social» para preservar el interés de cada uno. El instinto y la razón del individuo le lleva a respetar y promover tal pacto. El propósito de la moral es enseñarnos los principios de esta convivencia fructífera. La labor del hombre es tomar su destino en sus manos y mejorar su condición mediante la ciencia y la técnica, y embellecer su vida gracias a las artes. Como se ve, su filosofía práctica prescinde de Dios, aunque Voltaire no es ateo: como el reloj supone el relojero, el universo implica la existencia de un «eterno geómetra» (Voltaire es deísta).

Sin embargo, no cree en la intervención divina en los asuntos humanos y denuncia el providencialismo en su cuento filosófico Cándido o el optimismo (1759). Fue un ferviente opositor de la Iglesia católica, símbolo según él de la intolerancia y de la injusticia. Se empeña en luchar contra los errores judiciales y en ayudar a sus víctimas. Voltaire se convierte en el modelo para la burguesía liberal y anticlerical y en la pesadilla de los religiosos.

Voltaire ha pasado a la Historia por proporcionar el concepto de tolerancia religiosa. Fue un incansable luchador contra la intolerancia y la superstición y siempre defendió la convivencia pacífica entre personas de distintas creencias y religiones.

Sus escritos siempre se caracterizaron por la llaneza del lenguaje huyendo de cualquier tipo de grandilocuencia. Maestro de la ironía, la utilizó siempre para defenderse de sus enemigos, de los que en ocasiones hacía burla demostrando en todo momento un finísimo sentido del humor. Conocidas son sus discrepancias con Montesquieu acerca del derecho de los pueblos a la guerra, y el despiadado modo que tenía de referirse a Rousseau, achacándo

Aspectos de Voltaire

Voltaire y el antisemitismo

El antisemitismo de Voltaire es reconocido por ciertos críticos o historiadores[cita requerida], se dice incluso que puede ser un instigador del antisemitismo moderno[cita requerida]. Así, por ejemplo, el historiador León Poliakov tituló el tomo 3 de su Historia del antisemitismo como «De Voltaire a Wagner». Según él, este sentimiento se habría agravado en los últimos quince años de la vida de Voltaire. Parecía entonces ligado al combate del filósofo contra la iglesia cristiana. Continúan, igualmente, los problemas financieros y de relaciones difíciles con banqueros judíos, lo que no está demasiado probado[cita requerida]. Hay que recordar sin por ello minimizar el hecho que el antisemitismo es un lugar común del pensamiento general, desde al menos la Edad Media: Voltaire no hizo sino suscribir una opinión ampliamente extendida entre sus contemporáneos.

Pero el antisemitismo de Voltaire es igualmente rechazado por aquellos que no ven sino al antijudaísmo. Los que señalan el antisemitismo indican una serie de citas.

Por otra parte muchos historiadores consideran que sus obras se desprende un fuerte fervor contra los hugonotes y los católicos, por lo que consideran a Voltaire más bien antirreligioso que antisemita, antihugonote y anticatólico.